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Ibas cansado, orgulloso,
alegre, ufano, contento....
que el Cristo que iba contigo,
el de la Oración del Huerto,
con su túnica morada
de color de nazareno,
expresa en "algo" tu orgullo
y en "mucho" tus sentimientos.

Tus manos han arreglado
esa Palmera, que rectos
sube sus grandes racimos
hasta perderse en el cielo.
Palmera que en Palestina
a Dios brindara sustento....

Tú lo llevas en tus hombros,
siempre dispuesto al esfuerzo,
tú lo ostentas por las calles
con santo recogimiento,
y cuando el paso está fuera
y al Angel miro "despierto",
si tú no haces comentarios,
yo, en cambio, si lo comento:
!!Ay del Apostol que duerme
como en la Oración del Huerto,
mientras Judas, el traidor,
vende al Divino Maestro!!

Yo te ví... te ví llevando
el trono con paso lento,
ibas sudoroso, acaso;
pero marchabas contento,
que el Cristo te daba fuerzas
recompensando tu esfuerzo,
mientras un respiro leve,
dabas al cansado cuerpo;
te ví al levantar la túnica,
las medias de nazareno
con bordados de repizco
luego también las enaguas
almidonadas con mimo,
marchando junto a la vara
y recostado en el "cepo";
te vi, parado en la calle,
junto a tu Cabo de Andas, y recibir el consejo;
te vi, cuando al niño dabas
brazadas de caramelos;
te vi agachar la cabeza
para penetrar al templo,
que el trono picaba en alto
y en él iba el Nazareno,
la obra genial de Salzillo,
el murciano imaginero.
. . . . . . . .
!Con doble satisfacción,
te vi regresar contento,
cansado, pero orgulloso
cuando volvías del templo!

(José Cervantes - 1 Abril de 1983)


(Esta poesía fue escrita por un malagueño enamorado de nuestra tierra y de nuestra Oración, y entregada en mano en la fecha de su terminación)